Chile es un país que está envejeciendo a pasos acelerados. La mayoría de los adultos mayores viven solos, su vida se desarrolla principalmente en el barrio, en el cual tienen acceso a comercios, centros de salud y espacios de socialización, que no siempre son utilizados por ellos. Quienes los atienden en estos espacios, posiblemente son los que más conocen sus rutinas. La vida comunitaria es un espacio de entrega de información.
El barrio es un espacio clave en la vida de las personas de la tercera edad. Es fundamental el compromiso que instituciones que se relacionan con él aborden la problemática que vive el adulto mayor. Universidades, municipalidades y juntas de vecinos deben promover estrategias y acciones concretas que apoyen a este grupo etario en distintas dimensiones de su vida, teniendo como foco principal que no hay una sola vejez, sino distintas vejeces, no todos transitan por esta etapa de sus vidas de la misma manera.
A continuación, presentamos una experiencia exitosa que ha venido desarrollando la Universidad Diego Portales en los barrios de la comuna de Santiago, relacionándose con grupos de la tercera edad, principalmente en el marco del Programa de Aprendizaje y Ciudadanía que detallamos en la palanca “Población migrante e iniciativas que promuevan instancias de cooperación entre universidades y grupos migrantes a nivel barrial”.
Por medio de cursos A+S estudiantes de pregrado de psicología se acercaron a distintos barrios de la comuna de Santiago y fueron contactando a adultos mayores a través de distintas estrategias establecidas en la asignatura. Lo cual permitió visibilizar las diferentes necesidades que tiene este grupo etario a nivel barrial.
Los adultos mayores experimentan una brecha digital, lo que se evidenció aún más durante la pandemia. Es en este contexto que se realizaron talleres en el barrio República para ese grupo etario organizados por el programa de Aprendizaje y Ciudadanía, que tenía por objetivo alfabetizarlos digitalmente, a fin de entregarles herramientas para que ellos pudieran estar en contacto con sus redes y familiares.
Estos talleres les dieron la oportunidad a grupos de la tercera edad de capacitarse en el uso de las tecnologías, permitiéndoles realizar trámites de manera online como pagar cuentas, y al mismo tiempo, estar acompañados de sus redes y familiares.
El mismo programa durante la pandemia trabajó con el Consejo Comunitario de Salud de San Emilio (barrio República) detectándose tres necesidades por parte de los adultos mayores: (i) acompañamiento y contención, (ii) recreación y (iii) información operativa.
Las acciones realizadas fueron llamadas telefónicas semanales para acompañarlos en el periodo de aislamiento. En aquellos casos en que se requería de un apoyo psicológico mayor, se contó con la Clínica Psicológica UDP.
En el ámbito de la recreación, se realizaron varias actividades entre ellas un taller literario, el cual se hizo de manera telefónica, se pusieron también a disposición libros los que se entregaban a domicilio. También se organizó un taller de movimiento corporal de manera online donde se trabajó en conjunto con una kinesióloga y una profesora de teatro.
Finalmente, también se los apoyó en la realización de distintos trámites como también apoyo en distintas necesidades que surgieron, además de generar redes con los vecinos del barrio.
Estas acciones, más otras actividades que se realizan como grabaciones de podcast por los mismos adultos mayores, buscan promover una vida cotidiana con mayores redes, a fin de evitar la soledad y el aislamiento.
1 Esta palanca surge a partir del trabajo realizado por la académica Barbara Olivares, coordinadora del Programa Aprendizaje y Ciudadanía de la Facultad de Psicología. Sus temas de interés son: intervención social, políticas públicas, migración e infancia.