La recuperación del espacio público surge como un anhelo de encuentro o reencuentro, tras los sucesos ocurridos en Chile los últimos años, como son el estallido social de octubre de 2019, la pandemia que confinó al país por cerca de un año, donde el espacio público se diluyó, a lo que se suma el actual clima de inseguridad que hace que sectores de la población se vuelquen hacia sus hogares y otros espacios privados.
Se expresa en una buena parte de Palancas Chile, la necesidad de recuperar la calle y otros espacios públicos, y asignarle usos distintos a los habituales, como por ejemplo actividades artísticas y culturales, en post de promover un punto de encuentro con otros que contribuya a generar vínculos y un sentido de pertenencia de la comunidad.
Surgen variadas iniciativas de recuperación del espacio público, como exposiciones fotográficas al aire libre, que vuelca el arte a las calles y, al mismo tiempo, invita a respetar el espacio, evitando que las obras sufran daños o sean vandalizadas. También destaca la promoción de actividades culturales en plazas y parques, fortaleciendo así el sentido de comunidad y ofreciendo a las personas un entorno seguro para reunirse.
Otro aspecto por destacar es el fomento de actividades que promuevan la colaboración comunitaria. Iniciativas como mesas vecinales y conversatorios, que aborden temas de convivencia en el espacio público contribuyendo a la disminución de la desconfianza y el aislamiento a nivel local.
Es en este contexto se pueden identificar tres ideas que se repiten entre los distintos temas de Palancas Chile en relación a este anhelo transversal: mejorar la gestión y articulación de los espacios públicos, procurar el encuentro entre personas diferentes y la promoción de actividades culturales.
Mejorar la gestión y articulación de los espacios públicos
Para recuperar el espacio público es clave su revitalización y mejora en su gestión. Uno de los desafíos identificados es la necesidad de una mayor coordinación entre los diferentes actores involucrados, como las municipalidades, las organizaciones de la sociedad civil y las instituciones públicas.
Las iniciativas que promueven actividades en el espacio público, por lo general no conversan entre ellas y además no existe conocimiento de lo ya realizado. Las formas de comunicar son independientes y no fomentan la colaboración. En este contexto surge la necesidad de elaborar un catastro de iniciativas culturales realizadas a fin de aprender de experiencias pasadas, como también permitir el seguimiento y observación de cada una de estas.
Un primer paso para la generación de este catastro sería un levantamiento de información exhaustiva, que incluiría la creación de una ficha de casos sobre iniciativas previas, permitiendo identificarlas y conocer los resultados obtenidos.
Como complemento a la elaboración del catastro, se plantea la creación de una política de buenas prácticas, que funcione como guía para las intervenciones en espacios públicos. Esta serviría para estandarizar procedimientos y asegurar que los proyectos respeten criterios de inclusión, accesibilidad y sostenibilidad.
Tanto el catastro como la política de buenas prácticas serían insumos para futuros proyectos orientados a la recuperación de los espacios públicos. Se dispondría de la expertise y podrían ser utilizados como experiencias comparadas para ser implementadas en otros municipios o ciudades, siempre respetando las identidades locales y la autonomía. Evitaría también que se estén ejecutando múltiples proyectos similares de manera simultánea.
Promoción de actividades culturales
La recuperación del espacio público debe comenzar por un diálogo sobre el concepto de cultura, relevándola y sensibilizando a las comunidades sobre su valor y la promoción de iniciativas que destaquen la pertenencia y el uso compartido de espacios públicos. Los gobiernos locales, los vecinos y las organizaciones barriales juegan un rol clave.
Los municipios deberán tener un marco regulatorio que garantice que las actividades culturales formen parte integral de su gestión. Este será elaborado en conjunto con los vecinos. Se impulsarán consultas ciudadanas que vayan más allá de las encuestas, que se constituyan como diálogos abiertos, fortaleciendo así el tejido social y la confianza en los territorios.
Las comunidades locales deben jugar un rol protagónico en el impulso de sus propias actividades culturales, apoyadas por una red de soporte que fomente y acompañe iniciativas a nivel local. Así mismo la colaboración público-privada es una alianza virtuosa en la promoción de actividades culturales, permitiendo la confluencia de múltiples actores.
Proyectos simples pueden ser considerados como promotores para la recuperación del espacio público a través de actividades culturales. Mencionamos iniciativas tales como:
· Álbumes de barrio. Buscan generar un sentido de pertenencia, fomentar vínculos, crear un tejido social más fuerte y una identidad comunitaria.
· Proyectos de arte colaborativos. Murales u obras públicas que mejoren su entorno, donde los mismos vecinos participen de las iniciativas.
· Eventos gratuitos en los barrios donde los artistas compartan con la comunidad sus obras invitando así a la conversación y reflexión.
Encuentro entre personas diferentes
En la actualidad existe una carencia en torno a la generación de vínculos entre distintos grupos de la sociedad en Chile. A modo de ejemplo, las personas jóvenes no interactúan con las mayores, especialmente fuera del ámbito familiar. El migrante es percibido en algunas ocasiones de manera negativa, dado que no se generan instancias de socialización. Igualmente, muchas veces dentro de los propios vecinos no se conocen, el espacio de encuentro como las plazas no es ocupado. En muchos casos este es percibido como inseguro por la presencia de grupos violentos que hacen que la comunidad deje de utilizarlas, tendiendo así a realizar sus actividades de recreación o de uso del tiempo libre, en la mayoría de los casos, en sus hogares.
Para recuperar el espacio público, por tanto, no solo es necesaria la promoción de actividades, sino también el encuentro entre personas. Para esto se deben fortalecer los vínculos ciudadanos y comunitarios, haciendo que el espacio público sea un punto de confluencia, donde las personas puedan interactuar y disfrutar de manera accesible y abierta.
Se propone el cierre de calles en horarios y días específicos, similar a lo que ya se hace para la realización de deportes los fines de semanas en algunos municipios. Esta iniciativa amplía el uso temporal para reunir a la comunidad en torno a diversas actividades, creando espacios de interacción en los que todos puedan participar y disfrutar, como la realización de obras de teatro al aire libre, ferias de distintas nacionalidades, espectáculos de danza y otras actividades.