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Para escribir la historia se necesitan documentos

Este documento con una lista de 33 nombres, posibles ministros en una remodelación del gobierno que Felipe González hizo en el primer trimestre de 1991 nos permite ver en quien estaba pensando el entonces presidente. Nombres y posibles equilibrios territoriales.

Àngels Barceló. Periodista, actualmente dirige “Hora 25” en la cadena SER.

Para los periodistas, los secretos de la política son un pozo donde bucear una y otra vez. Lo que los protagonistas no quieren contar porque saben que es información preciosa, porque de ella se pueden deducir comportamientos, acuerdos, o desacuerdos.

Durante años el presidente José María Aznar jugó con su cuaderno azul, ahí tenia anotados, decía, ministros y posibles sucesores. No fue el primero que hacía listas, ni Pedro Sánchez será el último.

Este documento con una lista de 33 nombres, posibles ministros en una remodelación del gobierno que Felipe González hizo en el primer trimestre de 1991 nos permite ver en quien estaba pensando el entonces presidente. Nombres y posibles equilibrios territoriales.

A algunos les vimos, después, convertidos en ministros, otros es posible que descubran ahora que formaron parte de esa lista, otros quizás se arrepientan ahora de no haber cogido el teléfono ese día que sonó, y otros verán, con decepción que el entonces presidente optó por otra persona.

Si hay algo que nos gusta a los periodistas es especular, intentar meternos en la cabeza de los líderes políticos y, en ocasiones, pensar que lo tenemos más claro que ellos. Nos lanzamos a hacer quinielas de ministrables intentando pensar cómo piensa un presidente, incluso somos capaces de manifestar nuestra decepción cuando un nombramiento no coincide con esas quinielas.

Esta lista, hecha a mano, con exquisita caligrafía nos muestra que no es tan sencillo y que la decisión, a pesar de la gente que rodea a un presidente, es mucho más personal de lo que pensamos. Parece la alineación de un equipo de futbol, o, mejor, la lista de convocados de los que, después, solo once saltarán al terreno de juego.

Soy periodista, la lista que ahora podemos leer satisface buena parte de mi curiosidad, me permite entender muchas cosas, pero me quedo sin saber por qué los elegidos fueron unos y no otros.

Necesito seguir buceando en ese archivo para seguir encontrando las repuestas. Para nosotros, los periodistas, se nos abre un campo inagotable. Ojalá tuviéramos más archivos como este.

El archivo de Felipe González es un buen ejemplo de cómo para escribir la historia se necesitan documentos y transparencia.